Una
biblioteca es una boca
que
devora y devora,
panza
que no conoce economía,
cosa que
nunca se llena.
No sé
como es para los demás,
pero yo
siento que todos esos libros
son como
un gran cargamento
de
osamentas que está bien
amarrado a mis
pies,
y me lleva al fondo del océano,
hacia la
arena plomiza
de las palabras.
Qué
angustia.
Algún
día, tantos libros
me traerán un colapso nervioso.
Lo que
de veras me gustaría
es
ponerlos todos en una pira,
verlos arder hasta el amanecer.
verlos arder hasta el amanecer.
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