Dorian
no me digan,
y
no recuerdo si mi apellido
es Maldonado o Malparido.
Elija
usted.
Tuve
una infancia cutre, injusta, poco cultural,
tacaña,
muy equidistante de todos los mares.
Mi
padre me dijo un día
que
mi madre había dado
a
luz una larga larga herida.
¿Quién
era yo para contradecirlo?
Héroe
no soy, y menos en este mes tramposo,
en
este mes sin código, profiláctico, agosto.
Aparte, no
amo lo suficiente
el
lugar en
el cual resido:
Guatesádica.
(O
por lo menos no
lo amo
mucho más
de la cuenta.)
Muy
temprano en la vida
tuve
una revelación:
no
me gusta beber
con
payasos.
Y
después tuve
otra
revelación:
no
me gusta beber, a secas.
Beber
es un truismo.
Gestiono
otra clase de vicios,
y
uno de ellos es la meditación.
Me
da un poco de paridad mental,
y
de tarde en tarde un aura y un cáliz.
Digamos que la meditación
me sirve para computar
me sirve para computar
un poco mejor las cabronadas
del Estado y de Gobierno.
Y
es que a mí me gustan las cosas en orden.
Es
por lo mismo que decidí ser Fiscal.
Es
a mí quien asignan los casos especiales,
los
incomprensibles y los pantanosos.
Ignoro
si estoy de veras calificado para atenderlos.
Y aún más: ignoro
si estoy calificado para vivir.
(Más
bien no:
a veces me da por jugar
a
la Ruleta Rusa,
nomás
para comprobar
si
soy el hombre libre
que
siempre digo ser.
La
Ruleta es un juego lívido y cefálico,
hecho
para yoguis urbanos como yo,
que
tienen una alianza con lo desconocido.
La
pistola hace click click click hasta que hace bam.
Luego
hay que pelárselas.)
No,
seguramente no estoy calificado para vivir,
aunque
siempre y por alguna razón sobrevivo.
Y
para ser completamente honestos,
nadie
está calificado para vivir
en
este carnal país de mierda,
con
su torso acuchillado 10 000 veces.
He
visto cosas muy raras,
gusanos
del tamaño de edificios,
cyborgs
trabajando para el narcotráfico,
pueblitos
vacíos comidos por un grito.
Pero
de todo eso ya hablaré más adelante.
Este
país me está cambiando
yo
diría celularmente:
los
riñones,
la
pituitaria.
Bueno,
me voy:
tengo
que ir a visitar
a
mi hermano mayor,
que
está en el hospital:
le
acaban de quitar
la lengua unos mareros.
la lengua unos mareros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario