Te escucho:
espuma en la arena.
Escucharte es finalmente
hacer las paces,
no plantar más árboles
con ramas de sangre.
Te escucho, te escucho
mientras envejeces
y dices tus cosas,
gran estrella vieja.
Te oigo igual que los relojes
se hunden en el agua.
Finalmente soy el descamisado,
el que escucha, ¿por qué
no te escuché antes?
Te escucho y los incencios
salen de lo mudo,
a ofrendarte mi respeto.
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