Estás feliz: colgado
desde
hace tres días,
y
desde hace tres días
observas una pequeña
ventana en tu muerte azul.
Una
ventana en la distancia,
que lo cierto está cerrándose.
Cuando
se cierre por completo
sentirás una asfixia desconocida.
Y
nuevos lápices vencerán
tu aorta.
Otros turbios pescados dirán tu nombre,
a
la hora dulce en que los padres celebran
el
cumpleaños de su hijita, la más pequeña.
Tres
días. Ya van tres días. Tres largos días.
A nadie recomiendo morir más de la cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario