Pareciera
como si del otro lado
del
muro están violando a alguien.
¿No
les parece que están violando
a
alguien del otro lado del muro?
Pareciera
que un emperador nocturno,
de
barriga descomunal, icónica,
está
montando a una niña.
Podríamos
decir que ella
está
siendo desgarrada
por
un mar de hombres.
Y
hay que suponer que es sangre
eso
que sale de su vagina.
(Grito:
golpe: sangre: grito.
Sangre:
golpe: golpe: grito.
Sangre:
sangre: sangre: sangre.)
La
niña es ya un párpado deformado,
hay
que suponer. Hay que suponer
que
la niña quiere comunicar algo,
que
todos esos alaridos insólitos
quieren
comunicar alguna cosa.
Y
pareciera que estuviera riendo,
cuando
de hecho está llorando.
Y
pareciera que estuviera pidiendo más,
cuando
de hecho está pidiendo ayuda.
Y
pareciera que del otro lado del muro
están
violando a alguien, pero nadie
dice
nada, y nadie brinca el muro,
y
los gritos desgarran la noche, otra
vez.
Y todos tenemos miedo.
Y todos tenemos miedo.
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