¿A
qué horas te metiste al espejo,
sombra
vencida,
figura
cuajada
de
angustias,
contorno
perseguido
por
nombres y formas,
estructura
limitada
por
otros estructuras
limitadas?
¿Y
por qué sigues haciendo
ese
gran teatro inútil?
¿No
ves?
No
puedes hacer nada.
Y
cuando digo que nada puedes hacer
realmente
quiero decir
que
no podrás salir del espejo
llorando,
comentando,
rezando,
cortándote
las venas,
o
rompiendo el espejo.
Romperás
el espejo
y
serás parte de otro
oscuro
espejo.
Tampoco
podrás salir del espejo
haciéndote
pasar por el espejo
(ah,
juego sutil).
Porque
incluso el espejo
está
atrapado en el espejo.
Comprende:
el
espejo no es un lugar
de
dónde se sale,
porque
sencillamente
no
es un lugar.
Eres
la raíz
donde
los espejos
nacen
y
se borran.
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