El cuerpo fue buscado,
muy buscado
en
los ríos
soñolientos,
en
los desiertos
sin
memoria,
en
los ataúdes cojos,
perseguido
en el
interior
de
los fémures,
dentro
de
los revólveres,
en lo
hondo
de un
caballo,
buscado y buscado,
entre
las canas
de un
abismo,
en
las colonias
cubiertas
por la grama
negrísima,
entre
el gentío
y en
los tribunales,
el cuerpo
–la
dentadura,
la
teta–
fue buscado
en todo los lotes baldíos
de
este gran cuerpo
hinchado
que
es Guatemala,
intensamente buscado
intensamente buscado
pero el cuerpo
–el hermoso cuerpo–
nunca fue encontrado.
1 comentario:
Excelente poema sobre una triste realidad.
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