No es que lo conozca mucho,
pero es que uno cree,
uno piensa
que al tal Mujica
no le falta
consciencia,
es decir
que no tiene
el corazón
retirado,
como viene a ser el caso
de tantos otros
en su oficio ingrato,
allá como acá,
y yo le hubiera
dado
seguro
mi voto,
aunque
no soy
uruguayo,
pero da igual
si no lo soy,
pues por mí
que los grandes
son de todos,
y como yo lo veo
el hambre
y la muerte
no tienen fronteras,
o dicho así:
las fronteras
son fruslerías
para el hambre
y la muerte,
y por tanto necesitamos
grandes tipos
como el tal Mujica
que se dirijan
a los conjuntos,
que no rescindan
el pacto total
con la vida,
que no nomás gesticulen,
y que trabajen parejo
y sin pausa
y sin un talvez
para el rocío
del gran común
y del gran acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario