La cosa
será,
más
o menos,
así:
tácticas, plegarias, escarnios,
se tornarán estériles;
pugnarás,
casi en la noche,
y en la noche ya,
pero el mar de la energía
se habrá de tu interior retirado.
Oye bien:
no podrás siquiera
abandonarte,
o renunciar:
no habrá fuerza
para ello.
Tu ala,
–tocada
por un regio perfume sin salida–
no obedecerá esta vez,
no te llevará
más allá
de las tapias.
Así que no hagas nada
por moverla.
Solo siente su peso.
Siente su peso oscuro.
Y paga el precio por haber vivido.
1 comentario:
Mas allá de la racionalidad,y el precio tajande de vivir entre la espiritualidad histerica, este poema fluye, palpita y fluye... Porque aqui la muerte conoce su noche, la elisión de una esperanza, eso sera la muerte, el sopoortar tu peso de muerte.
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