El hombre
corre,
mil espejos.
Siempre
surgido,
busca algo
lento,
que no sea,
siempre,
feroz
imagen.
Al fin
entiende:
detrás de lo
vano
y lo
harapiento
no existe un
punto, o esencia.
Todo es
reflejo
inabordable
de otra cosa.
Él mismo es espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario