nos sentamos a la mesa
y hablamos de la hierba
negra de los otros.
del vómito brillante
de los otros.
de la miseria tendida
de los demás otros.
pero
bien mirado
bien mirado
en nuestra vega
hay un cadáver,
una piedra
hecha de sangre,
que no podemos mover.

No hay comentarios:
Publicar un comentario