para que te saquen los ojos, hijo de la
gran puta.
No verán tu cuerpo tus descendientes.
Soy todo límite y todo maldición.
Verás mi lepra y no la verás.
Por gente serota como vos es que los
mundos se vacían.
Pero yo no me dejo.
Floto por encimo de mi cuerpo
y mi cuerpo te estudia y ya te observa,
con odio medido y desmedido.
Tus dos lenguas no me engañan.
Querés confundirte con el color de la
pared.
Pero yo te estoy viendo.
Pensás que soy lo débil: en este nido
está tu muerte.

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