siempre
cubiertas por el olvido ni siquiera pragmático,
son
la vanguardia de la muerte.
Viejas
están: muestran en sus vitrinas
duras
lenguas ahogadas, además de cosas de plástico
y
la saliva del vino que ya nadie bebió.
O
viejas o muertas: vivas fueron en un tiempo
del
cual ya no quedan testigos.
Los
dependientes ellos no saben si son sueño.
Sueño
es la gente que entra y sale
y
mira el polvo pero no lo mira.
Y los
espejos se aburren en los rincones.
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