De un puro caos
de fragmentos toráxicos
y vidrios de óxido
nació una flor intacta de lengua
de saliva
susurrando las emanaciones
de lo tierno,
penetrando las consciencias
crudas y poniendo
en cada una de ellas la semilla
del mensaje
de la transfiguración
como un huevecillo larvático
coagulado de aureola en la noche
con el fin de que todos esos seres
infernales aún atrapados en el juego
circular del eco y del humo
abran el ojo lento del corazón.
1 comentario:
Gracias Abgeiba
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