Circular

No tenía ni diez años
y lo único que deseaba
era tener un día perfecto.

Estaba obsesionado con eso 
de tener un día perfecto.

De más está decir que nunca lo tuve.

Lo cual me causó mucha angustia.

Esa obsesión llegó a su fin, es cierto,
pero luego vinieron otras obsesiones,
vinieron, puntualmente, otros laberintos.

Laberintos muy clásicos algunos

(lavarse un millón de veces las manos,
apagar una y otra vez la estufa apagada,
caminar sin tocar las líneas de las aceras,
meterse en pensamientos como babas sin salida,
generar un miedo completamente irracional al cáncer)

pero también se dieron laberintos más extraños

(como cortar cosas en cositas más pequeñas,
y esas cositas cortarlas de nuevo
y así sucesivamente hasta terminar
con los dedos ensangrentados)

y laberintos que no son vistos como laberintos
pero que de hecho son laberintos

(escribir).

Cada mañana ordenaba las gotas de rocío,
pero siempre terminaban evaporándose.

O acumulaba frascos y frascos,
pero algunos olían muy mal.

Contaba casi todas las olas del mar,
pero perdía la cuenta y me volvía loco.

Han de saber que no soy el único:

otros como yo han vivido
el horror de la simetría,
de lo repetitivo y lo serial,
han perdido todas esas horas
cambiando cosas de lugar,
buscando el elusivo diseño
que los salve del caos;

o han sido asaltados por imágenes prohibidas:
por ejemplo, se imaginan penetrando
a pequeñas vírgenes degolladas
con menudas cabezas de cerdo,
y luego sienten una gran culpa.

Por mi parte puedo decir que estoy mejor.

Pero por otro lado también sé
que nunca estaré bien del todo.

He llegado a comprender
que el círculo es una cosa 
que nunca se acaba.

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Maurice Echeverría ha publicado los libros de poemas Encierro y divagación en tres espacios y un anexo (Editorial X, 2001), y en formato blog los libros Plegarias Mutantes (Zanate, Guatemala, 2008), Setenta y dos ángeles tullidos (Zanate, Guatemala, 2008), La glándula infinita (obra en progreso, Zanate, Guatemala, 2008), Los poemas de Saffron Lane (Zanate, Guatemala, 2008), La oreja en tu mano (Zanate, Guatemala, 2009), y Zona 3 (obra en progreso, Zanate, Guatemala, 2010). Ganador del Premio Federico García Lorca de Poesía 2006, convocado por el Centro Cultural de España en Guatemala.
 

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