Larga fila de gente, en el Puente de El Incienso.
Señor alto, alto:
con acordeón inútil. Exreo de labios quemados. Madre con bebé órfico en brazos.
Maestro que compila cigarras muertas. Artesano con pequeños muñecos decapitados. Burócrata de nervios de vidrio que come hilachas solito en un
rincón de un comedorcito cada día. Ciudadano extranjero de jeta agónica. Vieja
prostituta de setenta y ocho, nueve años. Adolescente ecuatorial violada por cada
uno de sus padrastros. Policía y su cáncer de estómago. Hacendado en bancarrota
con ojitos de freak. Mujer de blanco. Contador en cuatro variantes de sufrir. Patojo
que siempre quiso ver una palmera pero nunca, de hecho, la verá. Cuidacarros atropellado
tres veces en menos de cinco horas. Pagano huérfano. Madre sagrada con tripas
de chompipe. Señora varicosa cuya pierna es devorada continuamente por un lobo. Guardia
de El Puente de El Incienso con los dientes torcidos. Bombero que quiso ser
hembra. Procesión de cristos transparentes. Adolescente enamorado con copa rota
hundida en el costado. Coro de locos que temen a los helicópteros del ejército.
Oligarca gay sangrando por el orificio derecho de la nariz. Tres mutilados por
el constante caer de las guillotinas de lámina. Administrador raspado por alguna clase de vergüenza tóxica. Seguidor de la selección con severos problemas de impotencia
sexual. Músico de marimba con furiosos muñones. Cuadrúple sidoso que no descifra
el sentido del vivir. Fiscal adicto. Empleada
domestica que rompió la vajilla de la señora la semana pasada. Sacerdote que
trabaja en maquila. Inmigrante retornado en cajita. Poeta meado. Suicidado sin
elegía que desea suicidarse nuevamente. Estudiante con dieciocho argumentos
refutados. Críptica vendedora del mercado. Lacerado indígena colonizado por
setenta larvas. Ciclista heredero de todas las suturas meridianas.
Uno a uno, hijos de la
niebla, todos vamos saltando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario