Contracamino

En una calle

–o una contracalle–

de un pueblo
que podemos llamar Pana

me encuentro
con Juan Miguel

en su bicicleta

y en su cara
hay esa sonrisa

que adquirió

justo
antes

de este preciso instante

y tanto después
de su muerte

tan reciente.

Él me saluda,

procede
a describir
los espejos

–contraespejos–

en donde aún
no me veo.

Ahora estamos

en la parte de
atrás

–es la parte de
adelante–

de una casa

en un lugar
que podemos llamar 

Quetzaltenango:

Juan Miguel
está enterrando
la placenta
de su Lucha
en la tierra,

y de allí surge
un árbol encanecido
de posibilidades,

bajo la luz
radiante
y carcomida
de la mañana

y de la tarde.

Yo camino

–contracamino–

hasta llegar
a una ciudad

que no lleva nombre exacto,

y en donde una estatua
mira a otra estatua

–cuyo nombre es Juanmi–

y que nos mira a todos llorarlo.

Es factible
considerar
que el tiempo
posee su propio índice
de coordenadas
y despedidas,

de potenciales
y pluscuamperfectos. 

Un niño ha nacido.

Un padre se contrae
en un gesto violento,

cristalizándose

entre los tábanos
ardientes.

Al fin,

nos veremos
en un sitio y un momento

en donde
la sangre
del sacrificio

no ha sido
derramada,

pero ya todos
sin excepción

hemos sido
salvados.

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Maurice Echeverría ha publicado los libros de poemas Encierro y divagación en tres espacios y un anexo (Editorial X, 2001), y en formato blog los libros Plegarias Mutantes (Zanate, Guatemala, 2008), Setenta y dos ángeles tullidos (Zanate, Guatemala, 2008), La glándula infinita (obra en progreso, Zanate, Guatemala, 2008), Los poemas de Saffron Lane (Zanate, Guatemala, 2008), La oreja en tu mano (Zanate, Guatemala, 2009), y Zona 3 (obra en progreso, Zanate, Guatemala, 2010). Ganador del Premio Federico García Lorca de Poesía 2006, convocado por el Centro Cultural de España en Guatemala.
 

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