Por los senderos de espejo gatean asesinos
en porvenir.
Adiós las estructuras óseas de los
pájaros edénicos.
Hay gelatina negra saliendo del mar.
Cargamentos que van llenando las horas.
El sur es el norte, en kilos.
Vamos dando, al cosmos y lo lejano,
reinas y padres mutiladores,
suministradores esmaltados entre cuatro
torres.
Los capos surgen de la nieve de los
desiertos.
Puedo verlos: qué blancas sus manos
cuando ahorcan.
Fumaremos hasta que los dos demonios se
besen.

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