En la Tiendita de las Cosas Inútiles
hemos dejado nuestra libertad.
En este fragmentario hemos perdido
el alma, vagando sin biografía
entre corredores de espejos
que ya ni muy siquiera nos reflejan,
pues las Bagatelas nos han ido
succionando toda consistencia,
toda verdad ontológica. Riendo
lloraremos de emoción al ver
los Diez Mil Productos. Los Diez
Mil Productos de Colores Chillantes.
Los Diez Mil Productos de Colores
Chillantes que han forjado
los duendes anémicos en los países
ictéricos en lugares sin luz. Locura
de manitas cosiendo. Locura
de manitas cosiendo y cosiendo.
Ahora bien, has de saber que tú,
además de ser el comprador,
el propiciador, el coadyuvador, el victimario,
eres la víctima, y nunca podrás salir,
nunca de la Tiendita de las Cosas Inútiles
que es algo así como el Hotel California.
Correrás y correrás y las Cosas
te Cortarán, oh tan Navajeantes.
Y finalmente caerás al piso reluciente,
en un charco nocturno de sangre sin dueño.
En el acto se llevarán tu cuerpo, y limpiarán
las baldosas dejándolas de nuevo cristalinas,
para que otros puedan venir y maravillarse
antes las innumerables Baratijas Resplandecientes.
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