En la mesa
de al lado se sienta
el criminal numerario
que muy pronto
te va a secuestrar,
quitar todito
lo que tenés
en el cajero automático,
le cortará un dedo
a tu aullido,
y será el responsable
de susurrarte
la forma del sendero
de tu muerte.
En el carro polarizado
van envueltos en algas
color neón
los pequeños enanos
durados, insistidos,
que te llevarán
al sitio más nocturno
de la más pura noche.
Tu verdugo es una criatura
que va siguiéndote
en cada calle,
entre pájaro y sombra,
y por alguna razón te prefiere.
Comerás el pan rojo
que lleva en el baúl.
Odio a odio
ha llegado a ti,
y hay algo
en tu vida
que le resulta
sinceramente
sinceramente
insoportable.
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